lunes, 11 de octubre de 2010


La crisis llega a los ríos
"Ríos en crisis", alerta la portada del último número de la revista Nature.
  Las cifras del informe al que hace referencia son apabullantes: el estrés ambiental, la escorrentía agrícola, la contaminación y las especies invasoras amenazan los ríos que sirven al 80% de la población mundial. Y estas amenazas también ponen en peligro la biodiversidad del 65% de los hábitats de agua dulce.>
El estudio ha permitido el análisis de los efectos de la contaminación, las presas y embalses, el uso excesivo del agua, las escorrentías agrícolas o las pérdidas de pantanos, entre otros aspectos. Según los autores, los resultados son “cautelosos”, porque no cuentan con la suficiente información de factores de estrés adicionales como compuestos farmacéuticos y residuos mineros.
Los investigadores advierten que "no se puede seguir examinando la seguridad del agua para los humanos y las amenazas de la biodiversidad de forma independiente". De hecho, advierten, muchos factores de estrés amenazan la seguridad del agua, como los embalses, conllevan pocos efectos negativos en el suministro de agua de los humanos pero desafían “significativamente” la biodiversidad acuática, ya que dificultan las rutas de migración y cambian los regímenes del flujo del agua.
El estudio destaca también los altos niveles de amenazas de incidentes para la seguridad del agua de los humanos en países desarrollados y en vías de desarrollo en todo el mundo. Entre las zonas afectadas se encuentran EE UU, prácticamente toda Europa y gran parte de Asia Central, Oriente Medio, el subcontinente indio y el este de China.
Prevenir mejor que curar
“Hemos desvelado un amplio operativo de la gestión principal a escala mundial. En el mundo industrializado tendemos a comprometer nuestras aguas superficiales y, después, intentamos solucionar los problemas invirtiendo miles de millones de dólares en cada uno de ellos. Podemos permitirnos hacer eso en los países ricos, pero los pobres no pueden correr con esos gastos”, declara Charles J. Vörösmarty, autor del estudio y profesor en la Escuela de Ingeniería Grove (EE UU).
“Tal y como sucede con la medicina preventiva, el estudio demuestra que diagnosticar y después limitar las amenazas en su fuente de origen local, en lugar de a través de costosos remedios y rehabilitación, es más efectivo y es el enfoque más sensato para asegurar la seguridad mundial del agua tanto para los humanos como para la biodiversidad acuática”, aclara Vörösmarty

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