jueves, 1 de julio de 2010

LA CAPA DE OZONO YA NO SE DETERIORA


Los acuerdos para reducir gases peligrosos fueron importantes para lograr este objetivo.

Por Sibila Camps
TOMADO DE EL CLARIN
A 25 años del primer acuerdo para proteger la capa de ozono sobre la Antártida, su deterioro se ha frenado. Sin embargo, su recuperación recién comenzaría la próxima década.
El ozono es un gas que forma parte de la atmósfera de manera natural. Cerca del 10% se halla en la tropósfera (la capa más cercana la superficie terrestre), y el resto en la estratósfera. Esta mayor concentración es fundamental, pues su función es absorber parte de la radiación ultravioleta (RUV) del Sol, que es dañina para la vida.
Pero entre 1970 y 1971, Paul Crutzen encontró las primeras evidencias del ciclo de destrucción del ozono antártico . En 1972, la Organización Meteorológica Mundial lanzó el alerta; ese mismo año nació el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Y en 1973, Mario Molina y Frank Sherwood Rowland plantearon que los clorofluorocarbonos (CFC), presentes sobre todo en los aerosoles, transfieren cloro en la estratósfera y dañan la capa de ozono, al punto de formar un agujero durante el invierno y parte de la primavera.
En 1985, veinte países firmaron en Viena el Convenio para la Protección de la Capa de Ozono. Dos años después se suscribió el Protocolo de Montreal, que establece un cronograma de reducción de los CFC, hasta su eliminación total.
Hoy, los CFC se estabilizaron en la estratósfera, aunque “hasta el año pasado, la cantidad de cloro aún era suficiente para saturar los procesos químicos de destrucción en la capa de ozono”, aclara el doctor Pablo Canziani, gerente nacional de Investigaciones sobre la Capa de Ozono para la Convención de Viena. “Los CFC ‘viven’ más de cien años”, recuerda Eduardo Piacentini, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el que monitorea el ozono estratosférico (ver “Cómo se...”).
“No podemos decir que la capa de ozono haya empezado a recuperarse; sí que no ha empeorado –afirma Canziani–.
Recién veremos una recuperación entre 2010 y 2020 y, si funciona bien, ésta concluiría entre 2050 y 2060; pero eso todavía es motivo de discusión”.
Si bien los procesos climáticos son muy lentos, los especialistas coinciden en que se reaccionó a tiempo . “El Protocolo de Montreal es un ejemplo de tratado exitoso”, sostiene Carlos Ballaré, investigador del Conicet en el Laboratorio de Biología Ambiental del IFEVA (Facultad de Agronomía, UBA).
Según el informe que acaba de terminar su equipo, “es probable que en algunas latitudes altas, el contenido del ozono estratosférico haya inhibido el crecimiento de las plantas entre un 5 y un 6% –señala Ballaré–. En Tierra del Fuego, una de las regiones más afectadas, en algunas especies de flora nativa, esa inhibición no pasa del 10% en primavera y con RUV particularmente alta”. Sin la eliminación de los CFC, sería mucho peor.