martes, 27 de julio de 2010

PARA CONSERVAR LA BIODIVERSIDAD Y ECOSISTEMAS VITALES






Países estudian cómo generar especies de manglares


Madrid, (EFE).- Un grupo internacional de científicos estudia cómo generar nuevas especies de manglares en Colombia, Venezuela y Panamá para conservar estos ecosistemas que, por su alto nivel ecológico, están amenazados, según informó hoy la Fundación BBVA.
A través de un mecanismo basado en la hibridación, científicos de España, Estados Unidos y América Latina implicados en el proyecto analizan en los tres países latinoamericanos la filogenia, la diversidad genética poblacional y eco-fisiología del magle rojo para crear nuevas especies de manglares.
El proyecto, de una duración de tres años, lo lleva a cabo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, en colaboración con el Smithsonian Tropical Research Institute, con sede en Panamá, y la financiación de la Fundación BBVA y la Secretaría panameña Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Los investigadores estudiaron ya dos especies de mangle rojo, "Rhizophora mangle" y "Rhizophora racemosa", que ocupan los dos extremos de los gradientes de sal.
Los expertos descubrieron que en la zona intermedia viven mangles híbridos presuntamente adaptados a situaciones ecológicas intermedias.
Según los investigadores, al contrario que otros organismos híbridos -como la mula, descendiente estéril de yegua y burro-, "estos árboles híbridos son vías abiertas de evolución, que podrían acabar generando nuevas especies".
Una de las claves de las especies que pueblan los manglares está en su tolerancia a la sal, al tiempo que, las especies de mangle se distribuyen por zonas -más hacia el interior, o más hacia el mar- en función de su tolerancia a la sal.
Los manglares son ecosistemas formados por un tipo de árboles, que se caracterizan por ser tolerantes a la sal, ocupan una parte importante de las zonas costeras tropicales y subtropicales del planeta.
Son esenciales para la economía de más de un centenar de países en África, Asia y América Latina y muestran una enorme diversidad biológica, puesto que albergan gran número de especies de aves, peces, crustáceos y moluscos.
También proporcionan protección natural contra catástrofes naturales, como fuertes vientos, olas e incluso maremotos -los daños del tsunami de 2006 fueron mucho menores en las zonas con manglares-, como recordó la Fundación BBVA.
Un bosque de manglar puede capturar hasta 17 toneladas de CO2 por hectárea y año, frente a la capacidad de un bosque amazónico prístino, que captura 1 tonelada de CO2 por hectárea y año.
Sin embargo, son ecosistemas "muy amenazados", por eso el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) alertó de que los bosques de manglar desaparecen cuatro veces más rápido que los bosques en tierra.
Además, los manglares están entre los ecosistemas afectados por el vertido de petróleo en el Golfo de México, según los expertos.
La alerta sobre su estado se ha materializado en la declaración del 26 de julio como Día Internacional de Defensa del Manglar.
"Conservar los manglares es preservar la biodiversidad en las zonas costeras y contribuir a retener nutrientes en el terreno, a proteger y estabilizar las líneas costeras frente a la erosión y a mantener la calidad del agua y la regulación del clima", explicó Gonzalo Nieto, director del Real Jardín Botánico (CSIC) e investigador principal del proyecto.
Comprender mejor los orígenes y su funcionamiento es esencial para su conservación

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