miércoles, 29 de septiembre de 2010


La restauración ecológica, término que reemplaza en cierto modo a la reforestación, es parte de la estrategia mundial para la conservación de la biodiversidad y los ambientes que garantizan su supervivencia 
Reforestación versus restauración ecológica
                           
 La acción depredadora de los seres humanos ha convertido la deforestación en un verdadero problema de medio ambiente.Si reforestación es la respuesta, ¿Cuál es la pregunta?"
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 Esta pregunta se la escuché a Marcos Peña Franjul, un colega visionario que ya entonces tenía una per-cepción correcta del problema de la deforestación. No es un simple juego de palabras. Es saludable preguntarnos, cuando iniciamos una acción, qué pretendemos conseguir con ella. Leo en la prensa (28-9-10) que Medio Ambiente, "para combatir la deforestación, sembrará dos millones de plantas arbóreas". La intención es bue-na pero mucha gente lo puede interpretar como que no importa cuanto se deforeste siempre podremos remediarlo mediante milagrosas reforestaciones masivas. Esto no es exactamente cierto nunca, y absolutamente falso cuan-do se trata de bosques naturales. Felizmente, en los últimos años se han dejado de sembrar plantas exóticas, y una porción significativa de los árboles que se siembran son nativos. Incluso existe un proyecto para crear un Banco de Semillas de Plantas Nativas y Endémicas. Además, Medio Ambiente ha implementado con éxito dos proyectos de restauración ecológica en humedales de Los Tres Brazos y en Nigua, lo que constituye un precedente esperanzador, ya que, además de contribuir a la conservación de la biodiversidad, le ha recuperado espacios naturales para el disfrute de la población metropolitana.La restauración ecológica, término que reemplaza en cierto modo a la reforestación, es parte de la estrategia mundial para la conservación de la biodiversidad y los ambientes que garantizan su supervivencia. Cuando restauramos un hábitat también se cumplen otros objetivos: control de erosión, producción de oxígeno, eliminación de gases tóxicos, regulación de la temperatura, conservación del agua. El factor que más contribuye a la desaparición de la biodiversidad es la destrucción de los hábitats, sobre todo cuando se destruyen bosques primarios, que tardaron miles de años en formarse y cuya restauración es imposible. Este tipo de bosque no es un recurso renovable. Yo puedo reproducir una planta por medios artificiales y conservar la especie indefinidamente. Pero no puedo hacer lo mismo con un bosque primario.Una hectárea arrasada en el Parque Bahoruco, por ejemplo, es irrecuperable. Todos los esfuerzos humanos por restaurarla serían inútiles, porque las relaciones que se dan entre sus diferentes componentes son tan complejas y sutiles que resultan irrepetibles.Cuando restauramos un hábitat también se cumplen otros objetivos: control de erosión, producción de oxígeno, eliminación de gases tóxicos, regulación de la temperatura...




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