Washington, (EFE).- La cumbre de biodiversidad que se celebrará la próxima semana en Japón debe concluir con un acuerdo para proteger el 25% de la superficie terrestre y el 15% de los océanos y evitar así una catástrofe medioambiental, señala un análisis divulgado hoy por el grupo Conservation International.>
El informe indica que proteger una parte mayor del planeta es "crucial" para asegurar la supervivencia de una importante biodiversidad y la entrega de servicios vitales de la naturaleza a sus habitantes.
En la actualidad, alrededor del 13% de la superficie terrestre y el uno por ciento de los océanos están protegidos.
Los hábitat naturales y sus especies y recursos genéticos sostienen a la economía global y a miles de millones de personas que dependen directamente de ellos para sus necesidades inmediatas de alimentos, ingresos y refugio, indica el análisis.
El informe muestra que al menos el 17% de la superficie terrestre es necesaria para proteger áreas prioritarias por su conocida biodiversidad y que entre un 6% y un 11% adicional se precisa para asegurar un almacenamiento adecuado de carbono en ecosistemas naturales.
El documento precisa que el concepto de áreas protegidas no hace referencia sólo a reservas naturales, sino que puede referirse también a áreas gestionadas para usos múltiples, como ocio, actividades sostenibles desde el punto de vista económico o espacios protegidos por su excepcional belleza o valor cultural.
Los asistentes a la Convención de Diversidad Biológica que empieza el lunes en Nagoya (Japón) abordarán una serie de 20 objetivos para ralentizar la pérdida de biodiversidad durante la próxima década.
El objetivo de superficie terrestre que se baraja es de entre el 15 y el 20 por ciento, mientras que para los océanos no se ha establecido una cifra concreta. Frank Larsen, el principal autor del estudio publicado hoy, insistió en un comunicado que "los objetivos actuales (de espacios protegidos) son claramente inadecuados para salvaguardar la biodiversidad y asegurar servicios cruciales a la población".
Larsen subrayó que "existen pruebas de que los costes asociados con la expansión de las áreas protegidas se compensan con las muchas ventajas obtenidas como nuevos trabajos y la capacidad para soportar los efectos del cambio climático".
Lina Barrera, directora de biodiversidad de Conservation International, apuntó por su parte que el problema es que "la mayoría de los costes son locales mientras que las ventajas son globales por lo que los políticos no tienen muchos incentivos en que las cosas sucedan".
"Este es el momento de ser valientes y realistas sobre la necesidad de embarcarnos en un camino que conduzca a un futuro más sostenible", afirmó Barrera.
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