ORGULLO DE MI TIERRA
Barahona es arquitectura
LA PROMOCIÓN "ORGULLO DE MI TIERRA" PRESENTÓ UNA CHARLA SOBRE SUS PRINCIPALES EDIFICIOS
La ciudad de Barahona posee una arquitectura rica en el uso de la madera y el color típico del trópico. Santo Domingo>
“Barahona no necesita una declaratoria de la Unesco para destacar lo que encierra su patrimonio arquitectónico, sólo basta la voluntad de un pueblo y sus autoridades locales para que sea declarada como tal”, dijo la arquitecta Leticia Tejeda de Matos en una conferencia sobre los aspectos urbanos del centro histórico de Barahona, a propósito de la promoción “Orgullo de mi tierra” que promueve el Centro Cuesta Nacional.> Tejeda indicó que el pueblo es el responsable de valorar cada uno de sus atributos urbanos, desde sus plazas hasta la vivienda de tabla de palma y techada con cana, pues esas son sus memorias arquitectónicas, donde en cada hito está plasmada su historia y su identidad como pueblo.
Así, destacó que la ciudad de Barahona posee una arquitectura rica en el uso de la madera y el color típico del trópico, que la sitúan en un estilo antillano a preservarse, sin enmarcarla en un estilo único ya que es una mezcla de todos los elementos arquitectónicos característicos.
“Goza del encanto de detalles como son las cresterías, buhardillas en sus techos, balaustres en sus balcones, galerías corridas y muchos más".”
Leticia Tejeda de Matos, arquitecta“Goza del encanto de detalles como son las cresterías, buhardillas en sus techos, balaustres en sus balcones, galerías corridas (propias de las casonas de las plantaciones de azúcar), balaustres de madera, frontones a dos aguas, puertas de marcada altura, con tragaluces en su parte superior, ménsulas y techos combinados que son su mayor aporte a una arquitectura antillana tan característica del caribe”, puntualiza Tejeda de Matos.
Historia urbanística de Barahona
Provincia desde 1907, Barahona, un año después, inicia una etapa de auge urbanístico que lo modernizan: se construyó el parque central (auspiciado por el rico comerciante Luis E. del Monte, que le donó seis faroles de gas propano) y se define el trazado de sus calles y lotes de manzanas, que lo perfilan como un pueblo en avance.
El concepto de vivienda de la etapa que va de 1901 a 1920 está limitado al techo o albergue con condiciones mínimas, indica Tejeda. Una de las transformaciones más notorias en algunas viviendas de la ciudad fue el cambio de la techumbre, con la llegada del zinc en 1895 y la creación de un escalón a la entrada en aquellas que quedaron sobre el nivel de las aceras, producto de la pavimentación de algunas calles.
En el interior se sustituyó el piso de tierra apisonada por tablas de clabock de fabricación extranjera.
Cuando llegaron los americanos en 1916, surge el asentamiento suburbano “Batey Central”. Estas viviendas corresponden a las distintas categorías de empleados, desde barrancones hasta viviendas individuales de lujo, la mayoría construidas en madera y techadas de zinc, con pisos de madera o cemento elevado sobre pilotes de hormigón.
En el aspecto urbano las calles son pavimentadas y se comienzan a construir nuevos barrios. Aparecen las primeras influencias del estilo antillano, aunque no se alcanzó el nivel desarrollado en el Batey. Otros elementos característicos son: cresterías, puertas de doble hoja, moldura en los plafones interiores etc. Sobre estas influencias prevalece un estilo popular.
Más construcciones Durante el período 1920- 1930 se desarrolla el mayor porcentaje de las obras de infraestructura y habitacional de la ciudad y llegan los primeros signos del poder comercial, representada por inmigrantes judíos y dominicanos.
La presencia del hormigón va a ser notoria en la mayoría de las construcciones de dos niveles, predominando los vanos altos con molduras en los bordes y balcones apoyados sobre mensuras de hormigón, antepechos altos y cornisas corridas sobre las fachadas principales. Se cubrían con altos antepechos la fachada de las viviendas de hormigón techadas de zinc.
En las casas de madera aparecen las bases de hormigón y a partir de una altura determinada se levantan los muros de madera. Esta base o plataforma sirve de protección contra la humedad, principal enemigo de este material. Como elemento espacial se integra a la vivienda la galería de hormigón diferenciando la altura de su techo con relación al resto de la vivienda.
CAMBIA LA TRAMA URBANA
Para el período del 1930 al 1958, el poder económico se va a reflejar en las viviendas con nuevas formas arquitectónicas que dan un aspecto diferente a la trama urbana de la ciudad. Aquí se ven muestras de los estilos neoclásico y neohispano y se introduce el chalet como un nuevo ambiente, frecuente en la ciudad de Santo Domingo, específicamente en la zona de Gazcue.
Como el hormigón es usado con timidez en los pueblos de la República Dominicana, los primeros en llevarlo son generalmente ricos comerciantes y eso ocurrió en Barahona. En esta ciudad las primeras construcciones de este material las inició el rico comerciante Luis E.
del Monte, dando inicio a una serie de edificaciones en hormigón que en la actualidad constituyen el 70% del centro histórico de Barahona. “Durante este período de la presencia del régimen de Trujillo se construyen edificaciones como la Catedral, la Gobernación y el Obispado.
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